El subteniente Lozano fuera de su habitat natural. No era hombre de cómodos sillones y elegantes despachos, ni de ventiladores en verano y calefacción en invierno, rodeado de ordenadores e impresoras. Muy al contrario, siempre luchó por encontrar su lugar, donde su uniforme se confundiera con la naturaleza, muy cerca siempre de la mochila, el casco y el fusil, rodeado de su tropa. Decía que para papeleos ya estaban los funcionarios, y el era militar. Pero hay personas, que solo son felices, haciendo infelices a los demás. ¡Que le vamos a hacer!martes, 30 de junio de 2009
¡ESE ERA YO!
El subteniente Lozano fuera de su habitat natural. No era hombre de cómodos sillones y elegantes despachos, ni de ventiladores en verano y calefacción en invierno, rodeado de ordenadores e impresoras. Muy al contrario, siempre luchó por encontrar su lugar, donde su uniforme se confundiera con la naturaleza, muy cerca siempre de la mochila, el casco y el fusil, rodeado de su tropa. Decía que para papeleos ya estaban los funcionarios, y el era militar. Pero hay personas, que solo son felices, haciendo infelices a los demás. ¡Que le vamos a hacer!
Eso ya paso mi Sargento,... es historia,... ahora solo queda el artillero,... con fusil, casco y mochila,... con sus hombres,... con su pieza,... en el alma y en el recuerdo.
ResponderEliminar¡Por Vuestra Merced, mi Señor,... y por los nuestros,... ya quedamos pocos!
Expresiones felices varias.
Gracias "Mi Capitán Escarlata", se que cuento siempre con tu incondicional apoyo. Es un placer leer tus comentarios, que me llenan de energía para seguir luchando. He perdido algunas batallas, pero la guerra aun no esta decidida, y con toda seguridad, que con comentarios como el vuestro, acabo ganandola.
ResponderEliminarUn abrazo de corazón.
Los burócratas en el Ejército son un cancer. Muchos los hemos sufrido.
ResponderEliminarHabrá que decir lo mismo que decían del Cid:
¡Qué buen vasallo si hubiera buen señor!
F. Franco