
Augusto Adalid, Francisco Romero, Francisco Jiménez, y Fernando Barón
Estos dos últimos, 2º Jefes del Iº y IIº Grupo.
La fotografía me ha sido enviada, por gentileza de D. Fernando Barón Rojas-Marcos
Grata sorpresa me he llevado, al recibir un correo de mi admirado comandante D. Fernando Barón Rojas-Marcos. Y digo comandante, porque al igual que yo sigo siendo aquel sargento de finales de los setentas para mis artilleros de entonces, el seguirá siendo mi comandante por muchos ascensos, que estoy seguro, habrá obtenido a lo largo de su dilatada carrera profesional.
Gracias mi comandante, porque como le digo en mi correo, es para mi todo un lujo tenerle como lector asiduo de este blog, dedicado a todos los artilleros de España.
¡Como le recuerdo, cuando en compañía de sus capitanes del IIº Grupo, Palomar Millán, Peña Jaraiz, o Nievas, supervisaba el trabajo de oficiales y suboficiales en los hangares.
Cuando los sargentos le veíamos acercase, nos mirábamos con la incertidumbre, de no saber a quien le tocaría contestar a sus preguntas diarias, poniendo a prueba nuestros conocimientos y preparación en el material. Primero con M-44, y más tarde con M-109.
- Lozano ¿Cuantos tornillos tiene la rueda motiz del TOA de mando? ¡Toma ya! ¡me tocó!.
-Dieciocho mi comandante.
-Bien. Y continuaba su andadura buscando algún sargento más a su paso que constestara a su siguiente pregunta, mientras Lozano suspiraba aliviado.
- Arjona ¿Cuamtas zapatas tiene la cadena de un TOA de carga?
- Sesenta y seis mi comandante. Contestaba este, dejando por un momento la llave de carraca, con la que apretaba tal o cual tornillo.
- López ¿cuantos litros de gasolina caben en el depósito de una Pieza APT, cuanto consume a los cien, y cual es su autonomía? este dejaba de engrasar el cierre y contestaba.
Y así hasta el último.
Cuando alguno no sabía o dudaba, se ponía muy serio y decía: ¡Hay que estudiar más!
Nunca fue persona de abierta sonrisa y palmaditas en la espalda, más bien de caracter seco, pero extremadamente educado y amable.
Su personalidad, su estricta aplicación de la ética profesional, su ejemplo a superiores y subordinados, su justicia a la hora de premiar o sancionar, en definitiva su saber estar, y vestir con orgullo nuestro uniforme, le hace hoy ocupar este espacio de agradecimiento y pequeño homenaje.
Gracias mi comandante Barón, y un afectuoso abrazo.
El comandante me pide, que intentemos no emplear el término RACA, cuando hablemos o escribamos sobre nuestro Regimiento. ¡Tan fea le resultaba esa palabra, que me recuerda, que cuando escuchaba a alguien decir RACA, le obligaba a entregar un óbolo para las Hermanas de la Cruz!.
Yo ya le he prometido cumplir mi penitencia.
Asegura que el término apropiado es "Regimiento de Artillería de Campaña 14" y si se quiere abreviar "Regimiento 14".