Tengo una deuda pendiente desde hace meses, de escribir sobre el desaparecido y maltratado MACTAE (trabajo que estoy realizando en la actualidad, y espero ver pronto publicado en algun Diario), a petición de alguien que ha supuesto mucho en mi aprendizaje, así como en mi vida profesional. Alguien sin gratuitas confianzas, y con serio semblante, ejemplo de honradez, dignidad, y amor a España.
Con sobrada educación, y exquisito trato, día a día se esforzó en recordarme, aquellas virtudes que todo militar debe poseer, aquellas que han marcado su proceder cívico-militar durante su vida, y han servido de ejemplo para mí en todo instante, y que me honra saber, que he sabido transmitir a mis hijos.
Son muchas las ocasiones, que he desfilado con mi sección, a finales de la década de los noventa, machacando una y otra vez el Orden Cerrado, “un dos, un dos, ¡marquén!”. ¡Vamos chavales!, ¡cabeza alta, pecho fuera y paso firme, que somos artilleros!. Y aquellos cánticos que se hicieron conocidos, por lo atípico de sus letras, y con el ánimo con que eran entonados por mis hombres. O las inolvidables Carreras Populares por los barrios de Sevilla, donde nos inscribíamos con el nombre de Club de atletismo “La Legionaria del COPERO”, nombre que recibía nuestra sección de Reclutas, por su abnegación y entrega.
Recuerdo desfilar frente al despacho del Coronel, y ante la marcialidad de mis reclutas, provocar que este saliese a revisar la instrucción. Para mí era un honor dar novedades, mandar “alto, alinearse, firme, derecha”: “A la orden de Usía mi Coronel, sin novedad en la II Sección de la Unidad de Instrucción de Recluta D-7”. Mi voz sobresalía en el silencio del Acuartelamiento. - “Gracias Lozano, continúe”. Eran sus escuetas palabras, pero yo sabía que en ellas depositaba su aprobación al trabajo realizado. Y allí estaba el brigada Lozano, más orgulloso que un pavo real, con el visto bueno y la felicitación por su labor, de su admirado Jefe.
Con los años compruebo, como no solo nos une nuestro amor por España, y a nuestras Fuerzas Armadas, sino también, por las letras, por la escritura, aunque debo reconocer que en eso, también tengo en él, a un demostrado maestro.
Tengo la certeza de que solo unos pocos entre los que se encuentra Usía, saben lo que he tenido que padecer, para resignarme a decir adiós a mi querido uniforme mimetizado de faena, mucho más que al verde de diario, o azul de gala. Porque como bien sabe, mi sitio siempre ha estado en el campo, y rodeado de mis soldados.
Gracias mi coronel, y siempre a sus órdenes.
PD. No he querido mencionar su nombre sin su autorización, pero no me puedo resistir dejar como muestra, una de sus joyas escritas, titulada “EL DUCADO DE NÁJERA Y LA VILLA DE ROTA”.
Para los que se animen a leerlo, decirles que está agotado, y a la espera de que la Fundación y el Ayuntamiento de Rota, saquen a la luz nuevos ejemplares. ¡Espero que me dedique uno mi Coronel!
Excelente narración sobre el Ducado de Nájera,
parte importante en la historia de Rota.
Entrada a la Fundación Zoilo Ruiz Mateos
Azulejo en la emblemática calle Charco de Rota.
Dicha Fundación promueve la poesía, la prosa, la fotografía, la pintura, la música, la escultura, el cante, el deporte, etc, la cultura en general, y ¡como no! las tradiciones y fiestas populares.
Escudo de Rota y el de la Fundación
Azulejo conmemorando el centenario
de la instalación del Primer Destacamento
del Regimiento de Artillería de Costa nº 4.
(Antigua Batería Duque de Nájera)