FOTOGRAFIAS TOMADAS DE LA RED
Hace unas semanas, y tras cuarenta años siendo fiel “novio de la muerte”, colgaste la honorable guerrera legionaria. Después de una vida de frenética actividad, aunque tu mente se niegue a aceptarlo, te llegó la hora de un merecido descanso. Durante un tiempo, cada mañana al levantarte, instintivamente y como si de un sueño se tratara, te amarrarás los cordones de tus gastadas botas de cuero, te colocarás tu camisa verde ampliamente desabrochada hasta el pecho, te ajustarás tu querido chapiri con hilos dorados y rojos, besarás la medalla de tu Cristo de la Buena Muerte, a la vez que en tu interior, seguirás recitando en silencio, ese Credo Legionario que siempre correrá por tus venas.
Subteniente Remón, has dejado una profunda huella como otros heroicos personajes, en miles de Caballeros Legionarios. A los superiores, has sabido obedecer con lealtad, mientras a los subordinados les has ordenado con justicia y respeto. Todos ellos, han visto en ti a un hombre íntegro, amante conservador de las tradiciones legionarias.
Serás recordado, no solo por tu frondosa barba, y por tus singulares tatuajes, sino por tu abnegación, espíritu de sacrifico, compañerismo, y demás valores morales, que en todo momento te han acompañado y dignificado, en tu dilatada carrera militar.
Hoy mi texto es solo para ti “mi Subteniente”, para decirte que te admiro, y que me siento orgulloso de haber portado sobre mis hombreras, la misma estrella dorada de cinco puntas, que luciste el día de tu despedida.
En tu corazón siempre permanecerá grabado a fuego, la alabarda, arcabuz y ballesta cruzados bajo la Corona Real, tu emblema legionario. Hombre de nobles sentimientos, bravío carácter e indómita personalidad.
Luchador incansable, valeroso guardián de las costumbres que un día muy lejano te inculcaron. Aquellas que han sido la razón de tu existencia.
Rebelde ante las injusticias y caprichos, te has negado a que cualquier político, desde su acogedor sillón ministerial, y aludiendo a un supuesto “proceso de adaptación y mejora de la Legión”, se atreva a suprimir sus arraigadas tradiciones. Tú has tenido el coraje de hablar, mientras otros callaban sumisamente.
Como solías afirmar: “¡A la Legión no se la toca!
Subteniente D. José Sánchez Remón ¡¡¡PRESENTE!!!
Antonio Lozano Herrera (Subteniente de Artillería).