viernes, 14 de octubre de 2011

DEDICADO A UN MATRIMONIO ARTILLERO (PACO Y NIEVES)

Paco y Nieves, el día de la imposición de la Medalla al Mérito Militar. 

Mediaba el verano de 1979, cuando un bisoño pero ilusionado sargento llamado Antonio Lozano, hacía su presentación en el ilustre Regimiento de Artillería de Campaña nº 14 sevillano (¡la legión chica!, pronto supe el porqué).
Al mando se encontraba el Coronel De la Calzada. Mi primer destino fue el IIº Grupo a las órdenes del Comandante Barón Rojas-Marcos, y más concretamente la 5ª Batería de mi recordado Capitán Palomar Millán, del Teniente Landín Fraga, del Brigada Acosta, Sargentos 1º Romero Peña, y Caballero Cazorla.
Allí comprendí que pertenecía a una gran familia, donde la rectitud, el orden, la disciplina formaba parte de ella, pero también la amistad, el cariño, y la camaraderia. Allí viví situaciones y anécdotas durante más de quince años, algunas alegres y otras no tanto, pero que marcaron los primeros pasos en esta digna profesión de militar.

Nieves embarazada de su hija Pilar

Paco hablando por teléfono en la  antigua cantina.

Entre todas aquellas personas de uniforme caqui que me rodeaban, destacaban dos seres entrañables, que curiosamente vestían con un simple delantal o mandil blanco. ¿Quiénes eran aquellos, que sin pasar por Academia Castrense, sin portar galones ni estrellas, se ganaban a diario el cariño y respeto de todo un Acuartelamiento?
Se trataba de un querido matrimonio, mis amigos Paco Cuadra y Nieves Ruiz. Eran los encargados “civiles” del “Hogar del Soldado” o “Bar de Tropa”, aunque popularmente conocido como “Cantina”.
Ellos como nadie, han sabido llevar el nombre de nuestro Acuartelamiento Artillero con orgullo, ellos han servido a la Patria con idéntico honor que los que portamos uniforme, ellos han rezado a nuestra Patrona Santa Bárbara con igual devoción, han amado a la Artillería con pasión, y se han ganado la admiración y recuerdo cariñoso de miles de soldados, además del merecido reconocimiento de nuestras Fuerzas Armadas.

Paco con el Teniente Manzano

Cuando los conocí, me llamó la atención la profesionalidad, pero sobre todo destacaba su educación en el trato hacia los que les rodeaban. No hacían distinción entre Tropa y Mandos, pues para ellos, los primeros siempre fueron como hijos, y los segundos como hermanos, o en casos como el mío como padres, por aquello de la edad.
Nieves algo más reservada (imagino por encontrarse por aquellas fechas, en un mundo solo de hombres), pero con un exquisito sentido del humor. Mientras Paco extrovertido y dicharachero, siempre se encargaba de atendernos, curiosamente sin utilizar nombre alguno para dirigirse a los oficiales y suboficiales. Siempre decía: “¿Qué va a tomar mi sargento?, o ¿qué le apetece a mi capitán? Nunca tuteaban a nadie, a pesar de que algunos eran muchos más jóvenes que ellos, y como se dice en el ámbito militar, mucho más modernos. A pesar de la gran amistad que les unía a los que formábamos la Lista en Revista de aquel maravilloso Acuartelamiento, a la hora del trabajo, el usted siempre precedía a cualquier frase.


Quisiera resumir la historia de un matrimonio ejemplar, que dejaron una inmensa huella humana en la historia del RACA 14, nuestros queridos amigos Paco y Nieves.
Parte de la información me la aporta su hija Nieves desde Barcelona, que amablemente se ha puesto en contacto conmigo, para animarme a seguir con nuestro blog artillero.
Me dice Nieves, que de pequeña ella no visitaba el cuartel, porque vivía prácticamente en el. Recuerda desde muy pequeña, que tenía una cuna en la cantina, y era el juguete de los soldados, que le montaban en los cañones, y tanques, como ella define a nuestros ATP. Eso hizo que su infancia fuese feliz, y siendo muy pequeña, ya jugaba con los patos del estanque “la patera”, mientras estos le perseguían volando por todo el cuartel.

Paco, con sus hijas Nieves y Pilar, paseando por el Acuartelamiento.

Esta es la historia de una familia que comienza cuando su abuelo Joaquín Cuadra, acompañado por sus hijos, entre ellos nuestro amigo Paco, se desplazaron desde Santander hasta Sevilla en 1938, para trabajar en la cantina del Acuartelamiento Alfonso XIII (Regimiento de Caballería Sagunto 7). Paco tenía 8 años, siendo el mayor de tres hermanos, huérfanos de madre.



Joaquín Cuadra, quien en un principio regentaba la Cantina (padre de Paco)

Dos años después, en 1940, se hicieron cargo de la cantina del Acuartelamiento Daoiz y Velarde, y desde aquel lejano año, no faltaron a su cita con la Artillería ni un solo día, hasta la última vez que arriaron Bandera en el cuartel, como motivo de su cierre (31 diciembre de 1995). Acto al que asistió la familia al completo, recordándolo como un momento muy triste y emotivo.

Paco en la antigua cantina del RACA 14

Paco compró una finca frente al Regimiento de Caballería, donde había una venta muy frecuentada por la tropa de la época llamada “La Esperanza”. En aquel terreno, edificaron una casa familiar, donde vivieron su abuelo, sus padres, y sus tíos (hermanos de Paco), con sus respectivas familias.
Recuerda con cariño, como acompañaba a su padre a casa de algunos mandos, a llevarles croquetas, y pollo asado, o algún guiso de aquellos tan exquisitos que hacía su madre Nieves. Son muchos los nombres que no olvidará, entre ellos, Esquivias Franco, Carrero Plaza, Barón Rojas Marcos, Meseguer, Solís, Escalante, Lavado y un largo etc.
Su padre llegaba todos los días a las cinco de la mañana con la furgoneta cargada de pan al cuartel, donde le aguardaba el oficial de guardia para tomar con el primer café del día.
Y no olvida, aquella anécdota que muchos veteranos recordarán, del Comandante Juan de Dios Porras, y el autobús de “Los Amarillos”. ¡Eran otros tiempos!

Paco recibiendo la Medalla al Mérito Militar, de manos del General Esquivias Franco.
24-06-1989

Pero lo que siempre agradecerá, es cuando operaron a su padre Paco en el Hospital Militar, y le pusieron una prótesis en la cadera. Durante la intervención, necesitaba sangre urgentemente y pidieron voluntarios para donar en el cuartel. El revuelo que se formó entre soldados y mandos para dar sangre, fue impresionante.
Como colofón a una vida dedicada por completo al Ejército y sobre todo a la Artillería, el 24 de junio de 1989 le concedieron a D. Francisco Cuadra, la Medalla al Mérito Militar que le fue impuesta por nuestro querido y recientemente fallecido General Esquivias Franco.
Gracias Nieves, deseo de corazón que tus padres, mis recordados Paco Y Nieves aunque muy mayores, disfruten de salud, y sigan prodigándose ese amor del que todos sus amigos éramos conscientes, y que denotaba sus miradas.
¡Quien pudiera volver a aquel pequeño cuartito en la parte trasera de la cantina, donde desde el más modesto sargento hasta el más ilustre coronel, eran atendidos por nuestro inolvidable Paco, para degustar esas chistorras, ese pollo asado, y sobre todo esas croquetas especialidad de Nieves, que sabían a gloria!
Un enorme abrazo para la familia Cuadra Ruiz, de todos aquellos que hemos Servido a España, en nuestro Acuartelamiento Daoiz y Velarde.
Paco y Nieves, los artilleros del RACA 14 y GAAAL nº 2 siempre os llevaremos en el corazón, y os estaremos enormemente agradecidos.