A todos los artilleros de España
AL LLEGAR AL FINAL DE CADA PÁGINA, PICHA EN "Entradas antíguas", Y SEGUIRAS DISFRUTANDO, DE AQUELLOS LEJANOS RECUERDOS, QUE AUN HOY TE EMOCIONAN. ¡GRACIAS!
Bienvenidos al blog del antiguo Sargento Lozano. Aquel que ingresó en el Ejército, un 15 de abril del 75, voluntario en la Base de Parque y Talleres de Automovilismo de Córdoba, que ascendió a Cabo en dicha Unidad y Especialidad, y a Cabo 1º de Artillería a finales de ese mismo año, siendo destinado al C.I.R 4 de Obejo, hasta su ingreso en la Academia de Suboficiales en septiembre del 76. El mismo, que tres años después, un 6 de agosto del 79, hizo su presentación en el Regimiento de Artillería de Campaña nº14 (porque decían, que era lo más parecido a la Legión), con sus dorados galones de Sargento, junto a otros queridos compañeros de la III Promoción de la A.G.B. de Suboficiales. El que se fue haciendo hombre, y adquiriendo experiencia gracias a su tropa, de la que ha aprendido a lo largo de los 31 años de servicio, mucho de lo que hoy presume de saber.
En un momento de nostalgia, buscando en mi pequeña biblioteca particular, ese querido baúl de los recuerdos, donde tengo a mano, los libros más importantes de mi vida, tomé aquel que con motivo de la festividad de Santa Bárbara de 1981, me regaló la 5ª Batería del IIº Grupo del RACA 14, y dedicado por el Capitán de la misma D. José Luis Palomar Millán.
Su título: SEVILLA Y LA ARTILLERIA, escrito por el entonces coronel D. Enrique de la Vega Viguera. Y me dije: ¡que mejor nombre para este blog, que el de una de las obras más emblemáticas de la literatura militar y sevillana a la vez!.
También guardo como un pequeño tesoro, ese otro libro, escrito por el mismo autor en 1992, titulado "El Regimiento de Artillería de Sevilla" (EL CATORCE). Por ello, el nombre de este blog, es un pequeño homenaje, al tristemente desaparecido Coronel De la Vega, así como a todos los oficiales, suboficiales, pero sobretodo a la tropa, de nuestra artillería, y también ¡como no! a la ciudad de Sevilla, sin olvidar mi querida Córdoba natal.
La finalidad de este blog, es lograr un lugar de encuentro, para todos aquellas personas que hayan tenido un vínculo con la Artillería española, y más concretamente sevillana y cordobesa, a través de los tiempos. Pero también para todos aquellos, que sin ser ni haber sido artilleros, se sientan unidos sentimentalmente a nuestras Fuerzas Armadas.
Aquí tiene sitio, todo aquel que desee contar sus experiencias “cuarteleras”, durante aquella “mili”, que tanto maldecía en su juventud, y que con el paso de los años, comienza a traerles añorados recuerdos.
También tienen cita, todos aquellos que encontraron en el Servicio Militar a buenos amigos, y que desde el día que recibieron “la blanca”, no han vuelto a encontrarse.
No importa el lugar donde te encuentres, lo importante es localizar a ese compañero de fatiga y juerga, del que un día te despediste, sin darle importancia, y ahora después de muchos años, recuerdas los buenos momentos vividos, entre aquellos muros que formaban nuestro Acuartelamiento.
Todos sois bien recibidos, podéis contar anécdotas de los servicios de entonces, de maniobras, y porqué no, con el respeto que siempre caracteriza a un buen artillero, de los mandos con los que compartisteis aquellos inolvidables meses.
Tengo la esperanza, de que no solo la tropa colabore, y de que algún suboficial u oficial se anime también, a dejar su sello en este blog.
Mi intención es centrarme en la Artillería de Sevilla, y más concretamente en el histórico Regimiento de Artillería de Campaña nº 14 ("La legión chica"), como muchos de vosotros la denominábais, y El GAAAL 2, (Unidades que en tiempo ocuparon los terrenos del Acuartelamiento Daoiz y Velarde).
Pero sería injusto olvidar a mi II Grupo del Regimiento de Artillería Antiaérea nº 74 (El Copero), que desde la disolución del mencionado y mítico RACA 14, ha tomado el relevo artillero en la ciudad, y quisiera dedicarle su merecido espacio, ya que fue testigo de mi despedida, y de mi adiós a numerosos amigos.
También quisiera invitar a colaborar, a todos aquellos componentes de la Agrupación Táctica CORDOBA, con la que compartí siete inolvidables meses allá por 1994 en tierras Balcánicas, y en particular al Grupo de Artillería de Campaña ATP X con sede en Cerro Muriano, herederos del ilustre RACA 42, donde realicé el curso de cabo 1º, y aprendí mis primeros conceptos sobre la Artillería, y que tanto supuso en mi vida profesional y personal. Espero con ilusión vuestros valiosos comentarios. Animo desde este blog, a todo aquel apasionado de la Artillería o del Ejército en general, visite la página web de la Brigada Mecanizada Guzmán el Bueno X, (no tiene desperdicio). ¡Enhorabuena! http://www.ejercito.mde.es/organizacion/brimzx/gaca_x/inicio.htm
Todos estáis invitados a participar, es más, espero con ilusión recibir en mi correo, todas aquellas fotografías o videos relacionados con armamento, personal, acuartelamientos, maniobras, así como comentarios, recuerdos y anécdotas que marcaron vuestra vida (supongo que para bien), aunque reconozco que de todo habrá.
Un saludo para todos aquellos, que en su corazón albergan aún encendida, y a pesar del paso inexorable del tiempo, la llama de la dorada bombeta artillera. Y como dice nuestro himno: "Marchemos siempre unidos".
Para algunos seré su antiguo Sargento y Sargento Primero de la década de los ochenta, para otros su Brigada de los noventa, y para aquellos que compartieron conmigo los últimos siete años de servicio hasta el 2006, seré su Subteniente, pero que no le quepa duda a ninguno, que para todos seré Antonio Lozano, su amigo.
Un abrazo para todos.
"A MI QUERIDO AMIGO CHIRLACHI"
Ayer, a la caída de la tarde y acompañado por su fiel e inseparable “Luna”, saludé a mi amigo Chirlachi (el apodo, se lo colocaron en la Academia Militar allá por el 77).
Caminaba cabizbajo, sus ojos húmedos, delataban una profunda amargura y desolación. Necesitaba desahogarse, y me comentó que estaba hundido, desde que unos médicos con bata blanca y doradas estrellas en el pecho, decidieron que por su estado de salud, no era recomendable que siguiera en activo.
¡Que sabrán esos matasanos!, murmuraba por lo bajo.
Ya le noté algo cambiado, a su regreso de Los Balcanes allá por el 94. Hablaba de honor, de dignidad, de amor al servicio, de compañerismo, términos obsoletos en estos tiempos, y comenzó a sentirse incomprendido.
Así llegó un mal día, y una mezcla de tristeza, confusión, y nostalgia se apoderaron de él. Me dijo que le negaron cursos de perfeccionamiento, porque afirmaban que su sitio no estaba en el campo con la tropa, que a su edad era “carne de oficina”. Después de esto, ya nunca fue el mismo, no levantó cabeza.
Se sintió ignorado y abandonado por sus superiores, lo dijo públicamente, y eso le costó un adiós sin despedida. Tras una vida plenamente dedicada a la milicia, en el 2006 colgó el hábito mimetizado.
Cuando se marchó, las lágrimas le traicionaron, pero como solía inculcar a sus artilleros, lo hizo “con la cabeza alta, sacando pecho, y la conciencia muy tranquila”.
Dice que anda perdido, que no logra encontrarse. Las noches de vigilia son eternas, en ellas sueña despierto, con agotadoras marchas, con amenas teóricas, con brillantes desfiles.
Cada mañana, como un sonámbulo mira las bombetas doradas de su uniforme de gala, acaricia con mimo sus medallas, le da brillo a su viejo sable, y sobretodo recuerda....guardias, maniobras, y a sus queridos soldados, solo le queda eso....¡31 años, de recuerdos!.
Llora a escondidas, y sufre en silencio. Con su espinita clavada, aparenta ser feliz, solo por su familia. Se siente confuso, utilizado, y olvidado.
Desde entonces, para mitigar su ansiedad, para levantar su ánimo, para sentirse útil, se dedica a escribir “Cartas al Director” en algunos Diarios. ¡Suerte amigo Chirlachi!
Carta al compañero desconocido
Antonio Lozano Herrera
EN MEMORIA DEL BRIGADA RAFAEL MACIAS
El Brigada D. Rafael Macías Borras, logró tener a sus órdenes una de las mejores Bandas de Trompetas de nuestro Ejército. Nacido en el sevillano barrio de San Bernardo, ingresó en el Regimiento Montado de Artillería en 1901 con catorce años de edad. Actuaba en numerosos actos oficiales, siendo el principal la Semana Santa, destacando entre sus toques “Retreta y Polca”.
En la Semana Santa de 1929 que coincidía con la inauguración de la Exposición Iberoamericana, llegaron a Sevilla los Reyes, y con ellos la Banda del Regimiento de Húsares de la Princesa. Estos, acompañaban en el desfile procesional a la Hermandad de Las Cigarreras, mientras que la Banda del Tercero Ligero, dirigida por el Brigada Rafael, encabezaba la Cofradía de Montesión. Ambas Bandas se cruzaron en La Campana, donde acababa de actuar la de Madrid. Rafael, con la elegancia que le caracterizaba, se apoyó sobre los estribos de la montura de su caballo, giró su cuerpo hacia atrás, levantó el brazo izquierdo con su clarín bien visible, e inició la marcha de “Los Campanilleros”.
El público entusiasmado aclamaba y aplaudía al Maestro, y la Banda de los Húsares se tuvo que rendir, ante la grandiosidad de los toques de la Banda de nuestro Regimiento. En reconocimiento, el Rey Alfonso XIII, regaló al Brigada, un clarín con su firma y la boquilla de oro.
El gran esfuerzo, y pundonor que ponía en cada actuación, desgarrándose la garganta en cada toque, le hizo caer enfermo de una grave dolencia pulmonar, que le obligó a pasar a retiro en 1931.
Se comenta, que en la Semana Santa de dicho año, no pudo desfilar con la banda, y que el dolor le embargaba al verla por las calles sevillanas, sin el entusiasmo popular de costumbre. Por ello, enfermo, solicitó permiso al Coronel de la Unidad, para que le permitiera mandar aquel día su Banda. Se le autorizó, y el resultado fue apoteósico, volviendo a ser la de siempre. Por eso, D. Rafael Macías tendrá siempre un lugar privilegiado en la historia del Tercero Ligero, antigua denominación del RACA 14.
Esta fotografía del Coro de la Hermandad del Rocío de Sevilla, data del 5 de marzo de 1990, día en el que SS.MM. Los Reyes de España, nos honraron con su presencia, presidiendo el 50 aniversario del RACA 14. También actuaron con nuestro Coro de Artilleros, al mando de nuestro querido Pater Don Constancio, y del por entonces Teniente Ángel Cano Martín. Esta información, me ha facilitado el mencionado oficial, como también me ha dicho, que el Coro no solo actuó ese día; también lo hizo en Capitanía, Ceuta y Granada, con la música de la DIMZ, 2 (Soria 9), al mando del Cap. Abel Moreno. Ángel Cano, me envía un fuerte abrazo para aquellos oficiales, suboficiales, cabos 1º, y su querida tropa, de quienes asegura aprendió mucho.
Gracias amigo Ángel, siempre a tus órdenes.
RACA 14 PATRIMONIO DE SEVILLA
El 31 de diciembre del 95, el Ministerio de Defensa, con el “ordeno y mando” que caracteriza a nuestro colectivo, creyó oportuno el cierre del mítico y legendario Acuartelamiento Daoiz y Velarde. Según él, la modernización del Ejército, así lo exigía. Hoy doce años después, y pese a haber sido parte importante de la historia de la ciudad de Sevilla, permanece en un lamentable e inconcebible estado de abandono. Desde aquel primer día, en que sus inmensos portones echaron el cerrojazo, quedó al alcance de vándalos, chorizos, y okupas, que avasallaron con todo cuanto de valor permanecía en su interior, bancos forjados, artísticas rejas, maderas nobles, antiquísimos paños de azulejos sevillanos, bellos mosaicos de vidrio, y un largo etc. difícil y doloroso de calcular.Puedo asegurar que era hermoso, tanto, que se comentaba que su fin sería adaptarlo a museo, archivo, escuela ecuestre, universidad u organismo oficial, respetando su emblemática fachada, sus calles empedradas, sus misteriosas garitas, sus enormes dormitorios y cocina, con intenso olor a rancho cuartelero, pero sobre todo aquel Patio de Armas, con aroma a naranjos.La realidad es que se muere, que agoniza, que dentro de poco, ya nada quedará de él, solo el recuerdo. Sus terrenos pasarán a albergar, acogedores y modernos apartamentos.Muchas guardias, desfiles, servicios, teóricas, anécdotas, y charlas “cantineras”, alrededor de las croquetas de Nieves y Paco, se esconden entre sus muros. Viernes de solemnes Actos a los Caídos, de eternas formaciones, de incontables firmes, descansos y a cubrirse, de un dos patata y arroz, y de vivas a España.¡Hay mi RACA 14!, Regimiento señero de la historia militar española ¡cómo te añoro!. Cuantos paseos con trinchas, a la luz de la luna, ¡alto quien va, santo y seña!, ¡retretas floreadas!, ¡imaginaria agua!, ¡Batería el Capitán!
El transcurrir inexorable del tiempo, los “cacos”, y la desidia de algunos mandos, han terminado contigo.
Sr. Ministro, cuando dé la orden a excavadoras, picos y palas, estas se pondrán a trabajar a la voz de “de frente paso ligero ¡ar!”, pero no le quepa duda, de que estará acabando con el valioso patrimonio de una “Muy Noble, Leal, Heroica, Invicta y Mariana, ciudad de Sevilla”.
Escrito por el Subteniente Antonio Lozano Herrera, y publicado en el ABC de Sevilla, el 18 de febrero de 2008.
MI HOMENAJE AL CABO LOZANO
En una guerra civil, cuando eres un chiquillo, rara vez te dan la oportunidad de elegir bando. En la mayoría de los casos, depende de la zona en que te sorprenda su inicio, para ser reclutado por rebeldes o leales, monárquicos o republicanos, fachas o rojos. Solo se trata, de una maldita lotería, a la que te obligan a jugar, con la seguridad de que siempre pierdes.
Por ello, ahora que está de actualidad la “Ley de la Memoria Histórica”, con su abanderado al frente, “el abuelo, capitán Lozano", quisiera, aun no siendo presidente, reivindicar mi personal memoria, cuyo protagonista se llamaba también Lozano. Pero este no era oficial, solo alcanzó el modesto empleo de cabo. Con diecisiete años, y sin saber de alzamientos, revoluciones, y cruzadas, se vio con un fusil al hombro, una mochila a la espalda, y un uniforme que nunca había elegido, simplemente fue “el premio o castigo” en ese mencionado y extraño sorteo. No portaba estrellas, unos simples galones rojos adornaban su pecho, distinción por saber leer y escribir. Comprobó con amargura, como en la trinchera opuesta, se encontraban familiares y amigos, sin entender con certeza porqué se disparaban. El cabo Lozano, no murió fusilado, la diosa fortuna así lo quiso.Una vez acabada la contienda fratricida, se casó, y trabajó sin descanso, para educar con dignidad a sus hijos. A estos, les legó un testamento, que no hablaba de vencedores y vencidos, de odios, venganzas, o recelos, muy al contrario, su mensaje siempre fue de tolerancia, respeto, y paz. ¡GRACIAS PAPÁ!
A LA MEMORIA,
DE UN AMIGO Y COMPAÑERO
El miércoles 26 te dije adiós Paquito. La muerte, no ha querido esperar a la vejez para llevarte. Cuando todo te sonreía, cuando los amigos te admiraban por tu nobleza, y la juventud te acompañaba, en plena primavera de la vida, y en acto de servicio, la carretera, esa maldita y traicionera carretera, a la que tantas veces le habías plantado cara, ha decidido alejarte de nosotros.
No te fuiste acompañado de la soledad, sino de todo un pueblo lebrijano, que junto a tus amigos de Unidad (RAAA 74), se unieron para date el último adiós.
Te has marchado, como solo lo hacen los héroes, con la bandera de España cubriendo tu féretro, y las salvas de honor, disparada por tus compañeros, que a la vez que apretaban el gatillo con un nudo en la garganta, eran incapaces de controlar las lágrimas.
Estoy seguro que nos vistes, y te fuiste con la satisfacción, de haber dejado una huella imborrable, en el corazón de los que allí, llorábamos tu ausencia.
Erais una autentica piña, un equipo al que durante años, he tenido la suerte de pertenecer. A mi lado, se encuentra mi hijo, sí, tu querido amigo Rafael, que llora sin consuelo como un chiquillo, tu desdichada muerte. Paradojas de la vida, cuando se disponía a divertirse en la feria, cuando pensaba que quizás, podía encontrarse con su amigo Paquito Hidalgo en alguna caseta, para charlar y reíros, como hacíais a menudo, le llegó el golpe. Te puedo asegurar que está hundido, porque ha perdido a esa persona entrañable, con la que ha disfrutado, en numerosas maniobras, compartiendo trabajo, comida, y ocio. Además, de muchas horas, al volante del mismo camión.
Recuerdo esos días en Galicia, recogiendo chapapote, al igual que aquellas clases del curso de cabo, momentos que me sirvieron, para poder disfrutar de tu compañía. Tu sonrisa me acompañará siempre, esa que te caracterizaba, porque casi a todo sabias darle, su toque de humor, ¡bien sabias tu, que esta vida, solo es una broma! Aunque en ocasiones, una broma pesada. Agradezco tus llamadas y visitas, interesándote por mi salud, desbordaba humanidad como pocos. Guardaré siempre tu número en mi móvil, para llamarte al Cielo, cuando necesite una sonrisa. Y recuerda ese Himno que hemos cantado juntos, en infinitas ocasiones ¡LA MUERTE, NO ES EL FINAL!
Abril de 2006
Antonio Lozano Herrera
Subteniente de Artillería
AL CANTAUTOR SEVILLANO FERNANDO CASTRO
Muchas han sido las ocasiones que me he preguntado ¡qué habrá sido de aquel bohemio y soñador!. ¡Éramos tantos, los que solo veíamos en ti, a un loco lunático, lleno de inalcanzables proyectos, pero con una sonrisa infantil, hasta en los momentos más difíciles!.
Yo sé, que en el fondo sufrías al verte incomprendido, porque eras diferente; tu soñabas despierto, mientras nosotros intentábamos vivir dormidos. Hablabas rápido, porque tus ideas, eran más veloces que tu voz. Mirabas con valentía e ilusión al futuro, sin resignarte a compartir la monotonía diaria. Vivías y disfrutabas nuestra profesión militar, con la savia que tu abuelo materno te inyectó en las venas.
Como buen artillero, siempre al pie del cañón, pero lo tuyo no era el ejército ¡aunque lo amabas!. Habías nacido para la música, y te marchaste a otra Unidad, para cambiar las ráfagas de fúsil, por el redoble de un tambor en la Banda de Música del antiguo “Soria 9”.
Con tu ausencia, muchos de los que te ignorábamos, y sonreíamos cuando dejabas volar la imaginación ¡y doy fe de que volaba alta!, nos dimos cuenta, del gran hueco humano que dejaste.
Coincidimos en algunos desfiles, todos marchábamos con la marcialidad que el ritmo de tu tambor nos marcaba. Nos saludábamos, y me comentabas con un brillo especial en los ojos, lo bonito que te iba la vida. Más tarde supe que tu talento ha dejado huella en bares y pubs de Sevilla, luchando por alcanzar aquellos sueños, que solo tu sabías que se cumplirían. ¡No seré yo, el que me suba al carro de los pitonisos, alegando que me lo imaginaba!. En ésta egoísta sociedad, donde a los soñadores se les denomina simples ilusos, son muy pocos los que consiguen tocar el cielo, antes de ser marcados con el maldito sello de la locura.
Te ha llegado el éxito y la fama, gracias a tu voz y a ese “pianito flamenco”, cuyas teclas acaricias con mimo. Por eso te felicito Fernando, con la certeza de que si en los futuros conciertos, te dejas acompañar por tu Virgen de la Paz, y tu madre África, la musa que te inspira desde donde bailan los gitanos, el triunfo no se te escapa.
Subteniente de Artillería
Antonio Lozano Herrera
A mis amigos y compañeros en Kosovo
30 de marzo de 2009
A MIS VIEJOS COMPAÑEROS EN KOSOVO
Hoy muy temprano, antes de que el sol se levantara, me he encontrado con mi amigo Chirlachi. Como cada mañana había sacado su perro a pasear. Cuando lo miro, me siento triste, porque pienso en el cambio que ha dado su vida. Hasta hace poco, a esta hora, ya se encontraba con su Batería, en ropa de gimnasia, a la cabeza de sus artilleros, corriendo por esos campos repletos de naranjos, que rodean El Copero.
Me ha dicho, que esta noche apenas ha dormido, desde que ayer, le llegara un correo desde Kosovo, de uno de sus artilleros más queridos. Se le nota emocionado, y me comenta lo que daría por estar allí, por volver a pasar hambre, frío, pero con la satisfacción de hacer algo util, de ayudar al necesitado, con el orgullo de saber que está junto a sus viejos soldados, trabajando otra vez codo con codo, y realizando una misión importante. Volver a sentir, aquella grata sensación, que sintió en Bosnia hace ya ¡tantos años!.
Me ha dicho, que se ha enterado que mi blog es leído por sus artilleros en Kosovo, y me ha pedido el favor de que desde este, les agradezca a todos, que aún se acuerden de el.
Por eso desde aquí, y en nombre de mi amigo Chirlachi, les envio un fuerte abrazo a todos los componentes del RAAA 74, y demás unidades, desplazados en Kosovo. Les deseo toda la suerte del mundo, para que realicen la misión encomendada, con la profesionalidad que les caracteriza. Vuestro amigo y compañero Chirlachi, sabe que sois los mejores, y vuestros mandos estarán orgullosos de vosotros como el lo está, con la certeza de que dejaréis el nombre de ESPAÑA, en lo más alto.
Un fuerte abrazo de vuestro amigo artillero.
Correo recibido por Chirlachi, y que me ha pedido que redacte en mi blog, como muestra de agradecimiento.
Querido Subteniente, por casualidad he encontrado el blog "Sevilla y la Artillería" en Internet. Me ha hecho recordar viejos y buenos momentos con algunos compañeros, aunque muchos seguimos en el mismo lugar donde usted nos dejo. A día de hoy, gran parte de esa Batería que mandaba en el RAAA 74 ( la 1ª Bía), se encuentra desplegada en Misión de Paz en Kosovo , dado que en el Grupo, siempre ha sido la primera en destacarse en todo lo que hace, como usted inculcó en su día, haciéndolo con orgullo y sacrificio. Con esto, solo quiero que sepa, que siempre tendrá a sus subordinados y amigos, para lo que le haga falta. Como usted decía "la Sección Legionaria" tanto de reclutas como de profesionales, son raíces para forjar buenas personas y militares, de aquellos que ostentamos el lujo de pertenecer a éste arma, como es la Artillería. ¡Me alegra tanto poder contactar con usted!, pues no sabía nada desde aquel fatídico día, del sepelio de nuestro compañero y muy admirado amigo Paco. Espero seguir leyendo en este blog, cosas como las que he podido leer, y enorgullecerme de seguir perteneciendo al mismo arma.
Un cordial saludo y abrazo desde Kosovo: L. M. G. R. (Cabo de la 5ª Bía del GAAAM II/74 ).
- Llevas razón amigo Chirlachi, debe ser dificil conciliar el sueño, después de leer tan entrañable carta.
LA ANÉCDOTA DE LA BICICLETA
Llegó la noticia de la visita del Capitán General, apenas faltaba dos días para ella, y había que empezar a dejarlo todo impecable. Como siempre, el coronel que suplía su baja estatura con su carácter serio y enérgico, dio la orden a los jefes de Grupo, y estos a sus capitanes de Batería.
¡Vamos, “zafarrancho de limpieza”!, había que distribuir al personal por sectores. El sargento tal con su pelotón a la zona de talleres, el sargento cual a los alrededores de cocina y comedor, otro con su equipo al gimnasio, capilla, y hangares, todo debe de estar listo, y preparado.
Algunos mandos miraban el reloj de reojo, viendo como pasaban las horas, y el trabajo no acababa, fieles a la consigna de su capitán: “En mi Batería, no hay frontera entre el día y la noche”.
Pero la realidad, es que cada uno tenía su vida, su familia, y esta esperaba muchas noches con impaciencia, la llegada del padre y marido, que no disponía en ocasiones ni de tiempo de avisar del motivo de su tardanza.
Aquel día no atacaba el enemigo, ni había que preparar a toda prisa unas maniobras inminentes, ni siquiera tocaba la jornada semanal de instrucción nocturna, cosa muy habitual por la época. La razón de las interminables horas dedicadas a la Patria, era la limpieza.
Cuando todo estuvo a punto, el coronel recibió las novedades correspondientes, y se dispuso a pasar revista, acompañado de sus más fieles subordinados, para comprobar que todo se encontraba en perfectas condiciones de estado y limpieza, para ser visitado por el General.
Recorrió cada recoveco del cuartel, observó cada rincón con lupa, intentando encontrar un pequeño fallo, una pequeña colilla, un olvidado papel, un arrugado paquete de tabaco, cualquier motivo, para ordenar de inmediato que se reiniciara la limpieza. Mientras tanto, los mandos intermedios, esperaban en su lugar de responsabilidad, el visto bueno del Jefe de la Unidad, suspirando con alivio cuando este pasaba con su aprobación, para poder retirarse junto con su pelotón, eso sí, con la satisfacción del deber cumplido.
Pero casi al final de la mencionada “revista de policía”, y al pasar junto a la Sala de Suboficiales, el coronel extrañado, comprobó como una misteriosa bicicleta, se encontraba apoyada en sus muros. ¿Qué diablos hacía allí aquel artefacto, sin que nadie hubiese caído en la cuenta de su presencia? ¡No era una colilla, no era un papel, nada menos que una enorme bicicleta, adornaba el lugar. Cosa ilógica, ya que no estaba autorizada a estar ahí.
Nadie en su afán de limpieza, se había percatado, a pesar de sus grandes dimensiones.
El coronel lleno de ira, se dirigió a sus comandantes, preguntando a quien pertenecía la dichosa bici. Estos llamaron a sus capitanes, que acudieron de inmediato. Al más moderno de ellos, le tocó entrar al bar de suboficiales, ordenando que el dueño de la bicicleta, saliera a dar una explicación al coronel.
En aquel momento, un sargento se echó las manos a la cabeza en señal de olvido. Salió algo acojonado ante la que se le avecinaba, sabedor del conocido genio del coronel, pero muy seguro, pues para ello le avalaba unos buenos años de servicio.
El suboficial, hombre de fácil palabra, disciplinado y respetuoso, pero muy estricto a la hora de exigir para él, el mismo trato, que él otorgaba a los demás. Destacaba por su corpulencia y altura.
Antes de llegar al coronel, este le espetó: ¿es tuya esta bicicleta?
¿Se puede saber, que coño hace este trasto aquí, cuando estoy pasando revista de limpieza?
Se me ha olvidado retirarla mi coronel, pero si es por limpieza, no se preocupe, pues como usted puede apreciar, desde el manillar hasta la rueda trasera está reluciente.
El coronel, viendo lo “simpatía” que desbordaba el sargento, intentó seguirle el juego y continuó en tono bromista:
Sabrá usted que nada de lo que hay en este Acuartelamiento, es de uso personal, todo es colectivo, por lo que su bicicleta podría ser usada por cualquiera de nosotros, si así lo deseamos. Por lo que no creo que le importara, que me diese una vueltecita con ella por el cuartel, y de ese modo, acabaría de pasar revista más rápidamente.
En aquel momento, al sargento le entró una risa incontrolada, que no pudo reprimir, ante la extrañeza del coronel, que no daba crédito a su actitud.
Su risa es una falta de respeto, ¿se puede saber que le hace tanta gracia?
Disculpe usía, simplemente que por un momento, me lo he imaginado subido en mi bicicleta, sin poder llegar a los pedales.
En ese momento todos los asistentes, miraron la enorme bicicleta y la diferencia de altura entre sargento y coronel, se miraban entre sonrisas, que intentaban disimular, mientras el jefe de la unidad no supo contestar.
Solo acertó a decir en tono amenazante pasados unos segundos: - Mañana a primera hora, se presenta en mi despacho, verá como el que no llega a los pedales durante un tiempo es usted.
A la orden, contestó el sargento, al tiempo que montaba en su bicicleta camino de la puerta principal.
¡Y bájese de ese maldito trato, hasta que no salga del Acuartelamiento!
Solo fue una forma de acabar la conversación, pronunciando él, la última palabra, para que quedara claro quién mandaba. Pero la anécdota ya se había producido, y sería el comentario general en los próximos días.
2 comentarios:
Pues voy a relatar otro caso relativo a una revista al Regimiento completo cuando tomó el Mando del mismo el Coronel don José Barón y Mora-Figueroa en 1968.
Éste, que había llegado al mismo eh 1934, y había pasado por allí en todos los empleos, se sabía la historia y milagros del 14 a fondo.
Después de los actos de entrega y recepción del Mando, el Coronel y el saliente con Mandos de Grupos y Capitanes de Baterías, van a visitar y revistar las distintas dependencias y locales.
En determinado momento, le pregunta a los del séquito: ¿ Dónde tenéis a la gata "paría" ? Contestación: Por Dios, mi Coronel, ¿Cómo cree Vd. que vamos a tener una gata con sus gatitos en un día como éste ? Se calló el Coronel y siguió visitando los distintos locales.
Al llegar a una de las "cuadras" antiguas que había acondicionado el III Grupo para meter allí los tractores y sus piezas - teniendo que agrandar las puertas, nos tocó una temporada de albañiles -, en una esquina de la cuadra había seis o siete carritos, para llevar munición de cañón y sus respectivas cargas, cubiertos por una lona, que eran remolcados por los jeeps o las Dodges. Dice el Coronel: Destapadme la lona de este.
¡¡¡ Allí estaba la gata con sus cuatro gatitos !!!
...
Y luego, incontinente,
Calóse el chapeo, requirió la espada,
miró al soslayo, fuese ... y no hubo nada.
"Al túmulo de Felipe II en Sevilla". Don Miguel de Cervantes Saavedra.
El Coronel Barón no dijo ni media palabra mientras los demás quedamos abochornados mientras nos preguntábamos: ¿Cómo demonios sabía lo de la gata ?
Fueron muchas horas las que este Coronel había vivido en el 14.
Cte. Fernando Barón
Antes, El Coronel Barón en el cuartel. Ahora en el campo.
Anécdota en días de tiro en Cerro Muriano: a pesar de ser solamente Capitán de la 4ª, yo controlaba el tiro de todo el Grupo. El Coronel Barón, con su Jefe de Instrucción, unos Capitanes no actuantes, operadores de radio, conductores, etc., estaban en una zona próxima a la de objetivos. Me señalan desde allí uno a batir, no muy lejano a ellos, y yo ni corto ni perezoso, y por una discrepancia con el FDC (Fire Directer Center) por parte mía, di una situación equivocada, me eché “p’alante” y mandé “ Fuego en salva” al Grupo. La tal salva de 12 disparos cayó a unos 200 ms. de aquellos. De aquel grupo de gente, todos menos uno se tiraron a tierra, a varios le entraron las varas de las jaras por los ojos o por atrás; algunos vomitaron, otros no sé si se cagaron. El Coronel quedó de pie y les indicó que ahora los artilleros no estábamos acostumbrados a que recibiéramos fuego enemigo. (Él sí lo estuvo durante toda su guerra, y mandando el Escalón de Fuego de su 4ª Batería, en Carabanchel Alto, - 6 de nov. de 1936 - rechazando por el fuego un ataque de 11 carros enemigos, le cayó un pepino de 155 mm. entre los pies que no explosionó pero que sí lo volteó para atrás. Su Capitán y hermano mayor, Fernando, le gritó desde el Observatorio cercano: ¡ Sube, que vamos a celebrar tu nacimiento !).
No sé si alguno de los que leen asiduamente este magnífico blog, formaría parte entonces del grupo que recibió tal "fuego enemigo"
Cte. Fernando Barón
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