
Me comenta mi amigo Chirlachi:
¡Más de tres años, Antonio!. ¡No!, no se trata de una condena, pero sí del tiempo que llevo luchando contra la injusticia, la sinrazón y la incongruencia, de una Compañía de Seguros, y el abandono, desamparo, y olvido de “nuestro” Ministerio de Defensa.
Desde el momento de mi pasé a la situación de retirado por motivos de enfermedad, ¡quien me conoce, sabe que muy en contra de mi voluntad!, y gracias a unos compañeros leales, que me lo recordaron, solicité el cobro de un “Seguro Colectivo”, que el propio Ministerio me hizo firmar años atrás.
Cuál fue mi sorpresa, cuando me vino denegado, acogiéndose a que según el Acta Pericial del Tribunal Médico, mi dolencia databa de ¡1993!. ¡Diez años antes, de la firma de dicho seguro!
Tras infinidad de recursos y contenciosos, después de más de ¡1.300 días! de impotencia, solicitando que se modificara la fecha de inicio de la enfermedad, y deambulando como mendigo entre aseguradora y ministerio, este último, tras treinta y un año de servicio activo, no es capaz de mover un solo dedo, para subsanar el error, proponiéndome como única solución, la de acudir a la justicia ordinaria.
No entiendo de leyes, pero sí de injusticias, y es de lógica, que si según ellos, me encuentro mal desde 1993, y he abandonado el servicio activo en 2006, existe un vacío de ¡trece años!, en los que tendrían que reconocer, que he trabajado enfermo.
Y me dice indignado: Pregúntale Antonio, a la Sra. Ministra, ¿Quién durante esos años, ha estado desempeñando misiones de responsabilidad y alto riesgo?, ¿Quién con mi trastorno, permitiría mi participación como Casco Azul de la ONU, en Bosnia durante siete meses?, ¿Quién me ordenaría innumerables misiones de fuego real con todo tipo de armamento?, ¿Quién me nombraría encargado de la realización de prácticas, con potentes explosivos, u ostentar el mando de una Sección de cañones?, ¿Quién realizaría con total exactitud, mi labor en Estado Mayor del Cuartel General de la Región Militar Sur? ¿Quién me designaría durante años, instructor de reclutas, y profesor de futuros cabos? ¿Por qué estaba autorizado a portar dos revólveres y una pistola particulares? ¡Y tantas preguntas más, de difícil respuesta!
Voy más allá, y sigue preguntando a la Sra. Chacón, de mi parte, y a sus asesores jurídicos, ¿Quién desde el 93 hasta la fecha de mi retiro (2006), me ha concedido una Mención Honorífica, la Cruz al Mérito Militar con carácter extraordinario, o la Medalla de Naciones Unidas? ¿Es la firma de su Majestad el Rey, la que rubrica mis condecoraciones de la Cruz, Encomienda, y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo?. ¿Quién anotó en mi Hoja de Servicios, la Medalla de Oro colectiva de la ciudad de Córdoba, y la de Andalucía?
Por todo lo expuesto, nunca se podría considerar mi enfermedad desde aquella fecha, pues sería imposible además de escandaloso, que autoridad militar en su sano juicio, ordenase a un subordinado con el 35 % de discapacidad psicológica, realizar las misiones mencionadas, ni conceder las felicitaciones y recompensas recibidas.
Hoy después de cuarenta meses de lucha, quisiera que le comunicaras a la Sra. Ministra de Defensa, que abandono, que el cansancio y agotamiento psicológico me pueden. Reconozco que ella, y su prestigioso equipo de abogados “militares”, me han vencido. Dile primero al ministro Alonso Suarez, a la ministra Chacón, y a su séquito de competentes asesores, que seguiré vistiendo con el mismo orgullo mi uniforme, porque pienso, que una institución tan honrosa como la castrense, está muy por encima de la actitud o aptitud de determinadas personas. No deseo ya el cobro del seguro, pero por favor, que no sigan engañándome con falsos argumentos, y al menos, que lo donen a alguna ONG, u organismo benéfico.
¡Ah! y encima viene ahora con lo de la Ley 2007 de ascensos!. Y compruebo como compañeros que marcharon a la reserva por adaptación de plantilla, o lo que es lo mismo Reserva Transitoria siendo sargentos 1º, ascienden a oficiales sin saber lo que es llevar una sardineta de brigada en la hombrera, o una estrella de cinco puntas de subteniente, y yo que marché retirado por enfermedad, después de más de tres décadas de servicio activo, tras siete años de subteniente, y dejándome la salud en el ejército, se me niega dicho ascenso.
¡Esto amigo Antonio, no hay quien lo entienda!
¡Y a mí me lo vas a decir, querido Chirlachi! Y abrazados, nos fuimos con nuestra pena a otra parte.
PD. Mi mayor respeto hacia aquellos compañeros que ascienden estando sanos y en la reserva desde hace muchos años, y sobre todo mi admiración a los que lo hacen en activo. Pero también va mi apoyo a los que son olvidados, después de pasar a retirados por enfermedad en el ocaso de su vida militar, con discapacidad, y sin derecho a ascender. Que quede claro, que la queja de mi amigo Chirlachi, a la cual me uno como perjudicado también, es solo y exclusivamente, contra la discriminatoria ley, de “nuestro” Ministerio de Defensa. Que nadie se sienta aludido, cada uno toma aquello que le ofrecen.
Un abrazo de mi inseparable Chirlachi, para todos los miembros de nuestro Ejército. ¡El pobre, con su trastorno de la personalidad, no se va a enterar nunca de como funciona este mundo!
¡Más de tres años, Antonio!. ¡No!, no se trata de una condena, pero sí del tiempo que llevo luchando contra la injusticia, la sinrazón y la incongruencia, de una Compañía de Seguros, y el abandono, desamparo, y olvido de “nuestro” Ministerio de Defensa.
Desde el momento de mi pasé a la situación de retirado por motivos de enfermedad, ¡quien me conoce, sabe que muy en contra de mi voluntad!, y gracias a unos compañeros leales, que me lo recordaron, solicité el cobro de un “Seguro Colectivo”, que el propio Ministerio me hizo firmar años atrás.
Cuál fue mi sorpresa, cuando me vino denegado, acogiéndose a que según el Acta Pericial del Tribunal Médico, mi dolencia databa de ¡1993!. ¡Diez años antes, de la firma de dicho seguro!
Tras infinidad de recursos y contenciosos, después de más de ¡1.300 días! de impotencia, solicitando que se modificara la fecha de inicio de la enfermedad, y deambulando como mendigo entre aseguradora y ministerio, este último, tras treinta y un año de servicio activo, no es capaz de mover un solo dedo, para subsanar el error, proponiéndome como única solución, la de acudir a la justicia ordinaria.
No entiendo de leyes, pero sí de injusticias, y es de lógica, que si según ellos, me encuentro mal desde 1993, y he abandonado el servicio activo en 2006, existe un vacío de ¡trece años!, en los que tendrían que reconocer, que he trabajado enfermo.
Y me dice indignado: Pregúntale Antonio, a la Sra. Ministra, ¿Quién durante esos años, ha estado desempeñando misiones de responsabilidad y alto riesgo?, ¿Quién con mi trastorno, permitiría mi participación como Casco Azul de la ONU, en Bosnia durante siete meses?, ¿Quién me ordenaría innumerables misiones de fuego real con todo tipo de armamento?, ¿Quién me nombraría encargado de la realización de prácticas, con potentes explosivos, u ostentar el mando de una Sección de cañones?, ¿Quién realizaría con total exactitud, mi labor en Estado Mayor del Cuartel General de la Región Militar Sur? ¿Quién me designaría durante años, instructor de reclutas, y profesor de futuros cabos? ¿Por qué estaba autorizado a portar dos revólveres y una pistola particulares? ¡Y tantas preguntas más, de difícil respuesta!
Voy más allá, y sigue preguntando a la Sra. Chacón, de mi parte, y a sus asesores jurídicos, ¿Quién desde el 93 hasta la fecha de mi retiro (2006), me ha concedido una Mención Honorífica, la Cruz al Mérito Militar con carácter extraordinario, o la Medalla de Naciones Unidas? ¿Es la firma de su Majestad el Rey, la que rubrica mis condecoraciones de la Cruz, Encomienda, y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo?. ¿Quién anotó en mi Hoja de Servicios, la Medalla de Oro colectiva de la ciudad de Córdoba, y la de Andalucía?
Por todo lo expuesto, nunca se podría considerar mi enfermedad desde aquella fecha, pues sería imposible además de escandaloso, que autoridad militar en su sano juicio, ordenase a un subordinado con el 35 % de discapacidad psicológica, realizar las misiones mencionadas, ni conceder las felicitaciones y recompensas recibidas.
Hoy después de cuarenta meses de lucha, quisiera que le comunicaras a la Sra. Ministra de Defensa, que abandono, que el cansancio y agotamiento psicológico me pueden. Reconozco que ella, y su prestigioso equipo de abogados “militares”, me han vencido. Dile primero al ministro Alonso Suarez, a la ministra Chacón, y a su séquito de competentes asesores, que seguiré vistiendo con el mismo orgullo mi uniforme, porque pienso, que una institución tan honrosa como la castrense, está muy por encima de la actitud o aptitud de determinadas personas. No deseo ya el cobro del seguro, pero por favor, que no sigan engañándome con falsos argumentos, y al menos, que lo donen a alguna ONG, u organismo benéfico.
¡Ah! y encima viene ahora con lo de la Ley 2007 de ascensos!. Y compruebo como compañeros que marcharon a la reserva por adaptación de plantilla, o lo que es lo mismo Reserva Transitoria siendo sargentos 1º, ascienden a oficiales sin saber lo que es llevar una sardineta de brigada en la hombrera, o una estrella de cinco puntas de subteniente, y yo que marché retirado por enfermedad, después de más de tres décadas de servicio activo, tras siete años de subteniente, y dejándome la salud en el ejército, se me niega dicho ascenso.
¡Esto amigo Antonio, no hay quien lo entienda!
¡Y a mí me lo vas a decir, querido Chirlachi! Y abrazados, nos fuimos con nuestra pena a otra parte.
PD. Mi mayor respeto hacia aquellos compañeros que ascienden estando sanos y en la reserva desde hace muchos años, y sobre todo mi admiración a los que lo hacen en activo. Pero también va mi apoyo a los que son olvidados, después de pasar a retirados por enfermedad en el ocaso de su vida militar, con discapacidad, y sin derecho a ascender. Que quede claro, que la queja de mi amigo Chirlachi, a la cual me uno como perjudicado también, es solo y exclusivamente, contra la discriminatoria ley, de “nuestro” Ministerio de Defensa. Que nadie se sienta aludido, cada uno toma aquello que le ofrecen.
Un abrazo de mi inseparable Chirlachi, para todos los miembros de nuestro Ejército. ¡El pobre, con su trastorno de la personalidad, no se va a enterar nunca de como funciona este mundo!
Estimado amigo Chirlachi: Creo que no debes de abandonar tu pretensión, y evidentemente te ruego que remitas el asunto a la justicia ordinaria y así poder tener la tutela efectiva de jueces y tribunales. Como bien dices no se es coherente, por un lado tenemos un diagnostico de una efermedad en 1993, pero por las circunstancias que rodea, no era excluyente para la prestación del servicio activo o al menos en grado suficiente. Por otro lado tenemos que se causa baja del servicio activo en el año 2006, por lo que se entiende que no se es apto para el servicio y de ahí el retiro. Independientemente de que hay que ver la documentación, en mi opinión hay varias cosas:
ResponderEliminar1º. En el primer diagnostico de 1993, se entiende que lo realizo la autoridad militar y vendrá reflejado, si se es o no apto para el servicio.
2º. La Administración, en este caso el Ministerio de Defensa, habrá realizado periodicamente reconocimiento medicos a todos los militares en activo, para comprobar su aptitud para el puesto a desempeñar, y según parece, eras apto para el desempeño de tus funciones.
3º. Es en el 2006, cuando la autoridad medica, indica tu pase a la reserva por motivos medicos, por tanto es ese momento donde se produce la invalidez y no antes, por lo que no produce efectos retroactivos.
4º. Habrá que ver la cobertura de poliza.
5º. Según deduzco, has agotado la vía administrativa, por tanto, si lo ves claro recurre a la vía ordinaria, es mas no puedes recurrir a la vía ordinaria, si antes no has agotado la vía administrativa. Hay buenos profesionales del derecho que seguro te ayudan con esto.
Un saludo y exito en tu pretensión.
Abuelo, según mi amigo Chirlachi, el primer diagnóstico de 1993, no lo realizó una autoridad militar, sólo se trató de una rutinaria visita a un médico especialista civil, por un motivo personal y concreto (ni siquiera supuso baja médica).
ResponderEliminarLa Administración, en este caso el Ministerio de Defensa, efectivamente ha realizado periódicamente reconocimientos médicos, físicos y psicológicos, sobre todo, a aquellos que han viajado a Bosnia a Misiones de Ayuda Humanitaria como es el caso de mi amigo Chilachi, y en todas ha sido apto para el desempeño de tus funciones.
En cuanto a la cobertura reúne todos los requisitos para su cobro, excepto si se considera su enfermedad anterior a la firma de dicho seguro.
Deduces bien cuando dices que habrá agotado la vía administrativa, y lo ve totalmente claro, pero su cansancio emocional le hace desistir del empeño, aun a sabiendas de que lo tiene supuestamente ganado. El teme que si la justicia ordinaria después del gasto que ello conllevaría, le da la razón al Ministerio de Defensa o a la aseguradora, seguramente sufrirá un grave revés, en cuanto a su ya diagnosticado trastorno de personalidad.
Mi amigo Chirlachi, sabe que existen buenos profesionales, ha acudido a ellos, pero todos coinciden en que contra el Ministerio y sus asesores jurídicos, es duro luchar, y aunque se vaya en posesión de la razón, casi siempre ganan los fuertes, en este caso los eminentes abogados de la entidad aseguradora o los generales y coroneles jurídicos de nuestro Ministerio de Defensa.
Un saludo abuelo, de mi amigo Chirlachi.
Hola mi Subteniente:
ResponderEliminarSi la excepción que comentas está incluida en las estipulaciones de la poliza, es cierto que poco se puede hacer, ya que las partes acuerdan y aceptan las condiciones del contrato. De ser así, incluso la jurisdicción ordinaria, se pronunciaria en contra de Chirlachi.
Es una clausula habitual en este tipo de contratos, vease, si se quiere dar de alta en alguna asegura privada, donde no se hace cargo, por ejemplo del embarazo si este es anterior a la firma del contrato, o que no se tratará enfermedades que se padezcan desde la entrada en vigor de dicho contrato, etc, etc.
Es complicado quizas tener exito en esta empresa.
Un saludo.