SEVILLA Y LA INVASION FRANCESA
Fue en la mañana del 26 de mayo del 1808, cuando estalló un tremendo motín que se propagó con rapidez por las calles de Sevilla. Al grito de "mueran los franceses", los sublebados se dirigieron a la Real Maestranza de Artillería, forzaron sus puertas sin encontrar resistencia, y penetraron en los almacenes, consiguiendo armas y municiones en abundancia, así como algunas piezas de Artillería, que arrastraron y emplazaron en algunos puntos de la ciudad.
«Oigo, patria, tu aflicción,
Y escucho el triste concierto
Que forman, tocando a muerto,
La campana y el cañón:
Sobre tu invicto pendón
Veo flotantes crespones,
Y oigo alzarse a otras regiones,
En estrofas funerarias,
De la Iglesia, las plegarias,
Y del arte, las canciones.»
Lloras porque te insultaron
Los que su amor te ofrecieron...
¡A ti, a quien siempre temieron,
Porque tu gloria admiraron;
A ti, por quien se inclinaron
Los mundos de zona a zona;
A ti, soberbia matrona,
Que, libre de extraño yugo,
No has tenido más verdugo
Que el peso de tu corona!»
Do quiera la mente mia
Sus alas rápidas lleva,
Allí un sepulcro se eleva
Contando tu valentía;
Desde la cumbre bravía
Que el sol indio tornasola,
Hasta el África, que inmola
Sus hijos en torpe guerra,
¡No hay un puñado de tierra
Sin una tumba española!»
POEMA DE D. BERNARDO LÓPEZ GARCÍA
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