Nuestro Comandante Barón, y ante mi insistencia por saber más datos, sobre un incidente ocurrido por nuestro antiguo material ATP M-44, poco meses antes de mi llegada al Regimiento, y que había oído relatar en algunas ocasiones a compañeros más antiguos, se ha prestado a contar textualmente dicha anécdota, que por fortuna terminó en un gran susto, pero sin tener que lamentar desgracias personales.
Asegura que por el año 1978, el IIº Grupo, estuvo haciendo instrucción junto a la carretera de Don Rodrigo, que lleva al apeadero de FF.CC. de tal nombre, antes de llegar a Utrera. Esta era una carretera de tierra, que acababan los distintos propietarios de asfaltarla, desembocaba en la Nacional, enfrente de donde existe en la actualidad, una antena muy alta de RNE. Hasta allí iban con cierta frecuencia nuestras Baterías. Había terrenos baldíos, sin siembra alguna, y no molestábamos ni perjudicábamos a ningún propietario.
Cree recordar que fue por la tarde, cuando volviendo por la N-IV (no había cañadas ni carriles hasta el 14), y como aquel material iba permanentemente envuelto en una nube de vapor de gasolina, ¡Sabe Dios cómo!, una de ellas, de la 4ª Batería, salió ardiendo.
No sirvieron para nada los extintores de todas las demás piezas, ni la arena que se le echó encima; los esfuerzos del Tte. Juan Ponce fueron inútiles, al que tuvo que apartar del fuego violentamente. Le parece recordar, que apareció un camión de bomberos que tampoco logró apagarlo.
No se siguió ninguna acusación; aquello era más o menos inevitable, dadas las condiciones en que se movían. Llegó una plataforma de la Cía. de Transportes de la División que se la cargó encima, y la llevó al 14 "achicharraíta"
En una ocasión, junto a una gasolinera, se encontró nuestro Comandante con un amigo que era propietario de una finca aledaña a la carretera de la que tratamos, y le dice: ¡Hombre, Fernando!, que acabamos entre todos los propietarios de asfaltar la carretera (antes era de tierra), y resulta que pasan por allí unas moles de cadenas, que nos van a levantar todo el firme, con lo que nos ha costado. ¿No será tuyo el material?
Contestación del comandante: Mira, Manolo, esas son unas tanquetas del Sagunto, que sé van por allí con frecuencia, a hacer instrucción.
De inmediato el tal Manolo, se dirigió al Regimiento de Caballería a pedir explicaciones, donde le juraron y perjuraron, que ellos no habían pisado tal zona. ¡Ahí quedó la cosa!
Para situarnos, nos envía varios planos de la zona, donde se aprecia por satélite dónde fue el fuego en la N-IV. El tercero es de un plano militar, Escala 1/250.000 en el que se ve con carácter general toda la zona.



CURSO DE ADAPTACION A LOS VEHÍCULOS AMERICANOS
Siendo Teniente, llega el material de vehículos americanos a nuestro Regimiento de Artillería en las navidades de 1958. El mando decide que somos los más capacitados para enseñar.
Me ordena mi Cte. Carmona que me haga cargo de la Escuela de conductores de "Adaptación a los vehículos americanos", con mis adjuntos en el curso, el sargento Soldado y el cabo 1º García.
Recibe el Regimiento 14, a noventa suboficiales entre Brigadas y Sargentos de distintas Unidades. Ya estamos en marcha. Luego de unas charlas sobre las características de los GMC, Dodge y jeep,s, ... al campo con los vehículos.
El aprobado era para sacarlo en la cañada de 40 varas castellanas (hoy ya no existe, pues como se ve en la foto que nos envía de Fuente del Rey, se ha convertido en una carretera). Allí había, en aquel terreno movido, unos charcos grandes en los que se atascaban los vehículos, no logrando salir, y exigían usar del torno delantero (winch), para enganchándose en otro de los vehículos, y poder salir del atolladero.
Y me decían los Brigadas viejos: "Ah! mi Teniente, ¿pero Vd. cree que me voy a mojar para enganchar el gancho de mi Dodge en el GMC de delante? Contestación mía. "¿Pero no está Vd. viendo que yo me he echado abajo los calzones en el agua, para ver cómo hace Vd. este trabajo? Al tajo, con dos cojones.
¡Una pelea diaria!. No recuerdo cuánto tiempo duró aquel curso. Aproximadamente dos meses. Para sacar el "Master", los llevaba de reata por la Verea del Rayo, desde detrás Hospital Militar hasta Dos Hermanas. Era durísima la conducción por aquel paraje.
Hubo uno de los "aprendices", que quería cambiar de marchas sin pisar el embrague, ¡ Y era taxista!
Como curiosidad recordar que el Regimiento en los años 40, tenía unos exámenes de equitación para los Oficiales, que se realizaban por esa Verea de Rayo.


de vehículos americanos
AQUELLAS ARRIADAS DE SEVILLA
Recuerda nuestro comandante Barón que en sus tiempos de Teniente, eran muchos los "trabajitos no remunerados" a los que se veían obligados, para ayudar a tantísima gente en el tiempo de las arriadas.
Se sentía el tonto del tractor M 5A4, pues estaba de servicio permanente: "Fernando, coge un tractor y te vas por ahí, a más allá de La Puebla del Río que tenemos tres REO,s con el agua al aro del volante, a ver cómo los puedes sacar". Y ya he contado por ahí, cómo los Brigadas antiguos, se resistían a meterse en el agua para engancharse en un GMC, en aquel Curso de adaptación a los vehículos americanos; esto de ahora sí que era agua. O "coge un REO y vete a buscar al Cónsul inglés que está arriado en la Calle Recaredo". Una de las ocasiones (había arriadas una o dos veces al año), me situaron de imaginaria en el cuartel de Ingenieros, junto a mi flamante camión, para ayudar dónde hiciera falta. ¿Por qué los REO,s y no los otros vehículos del 14? Seguramente por la altura que tenían.
Ya destinado en Sanlúcar la Mayor, cómo allí no se tomaba ninguna decisión en ayudar, pues me incorporaba al 14 cada vez que podía, donde todo el mundo era necesario. En él, estaba cuatro o cinco días, hasta que pasaba el peligro de las aguas.
AQUELLAS ARRIADAS DE SEVILLA
Recuerda nuestro comandante Barón que en sus tiempos de Teniente, eran muchos los "trabajitos no remunerados" a los que se veían obligados, para ayudar a tantísima gente en el tiempo de las arriadas.
Se sentía el tonto del tractor M 5A4, pues estaba de servicio permanente: "Fernando, coge un tractor y te vas por ahí, a más allá de La Puebla del Río que tenemos tres REO,s con el agua al aro del volante, a ver cómo los puedes sacar". Y ya he contado por ahí, cómo los Brigadas antiguos, se resistían a meterse en el agua para engancharse en un GMC, en aquel Curso de adaptación a los vehículos americanos; esto de ahora sí que era agua. O "coge un REO y vete a buscar al Cónsul inglés que está arriado en la Calle Recaredo". Una de las ocasiones (había arriadas una o dos veces al año), me situaron de imaginaria en el cuartel de Ingenieros, junto a mi flamante camión, para ayudar dónde hiciera falta. ¿Por qué los REO,s y no los otros vehículos del 14? Seguramente por la altura que tenían.
Ya destinado en Sanlúcar la Mayor, cómo allí no se tomaba ninguna decisión en ayudar, pues me incorporaba al 14 cada vez que podía, donde todo el mundo era necesario. En él, estaba cuatro o cinco días, hasta que pasaba el peligro de las aguas.


Mi "Comandante",... no mintió Usted a ese terrateniente puesto que, realmente, el "material" no era suyo, sino del Arma de Artillería,... lo de adjudicarle la culpa a la Caballeria, es cosa normal en cualquier artillero que se precie.
ResponderEliminarExpresiones artilleras varias.
Otro servicio en el agua, aunque es algo familiar; noviembre de 1961.
ResponderEliminarCon mi flamante REO en Ingenieros, - yo estaba ya destinado en el Grupo de Sanlúcar la Mayor -, me avisa mi mujer que su hermana Carmen está aislada en su casa de la c / San Esteban, al lado de la iglesia de igual nombre, con sus cuatro niños y que su marido no ha podido volver a su casa - estaba tirando zorzales en Castilblanco de los Arroyos cuando de noche le cogió la arriada -.
No tenía pan ni leche para los pequeños; me hago con ellos, no sé cómo y me voy por ella. Tuve que entrar por la Puerta Osario, no era posible hacerlo por la Puerta Carmona, y aparezco en la Plaza de San Leandro; de allí por la calle Imperial - en algunos momentos de la travesía, muy despacito, con la 1ª y reductora, por la dificultad de no pegar en los balcones con los aros del toldo (¿conoce alguien cómo tiene que salir la Virgen de San Esteban el Martes Santo, o la Carretería ? pues así iba yo), llego por fin a la casa de mi cuñada que desde uno de sus balcones me dice que no sale de su casa con los niños. Yo, subido en el capó del camión, tal era el nivel que tenía el agua en aquel sitio que me llegaba a los pedales.
Me volví a mi sitio en Ingenieros.