A propósito de la Guardia de la Fundición, añado unos recuerdos de José Fernández, tantas veces nombrado en este blog, de los tiempos, tristes tiempos de los años 31 y siguientes, cuando la República.
"En los primeros días de junio,1931, otra manifestación parecida es disuelta por el Cabo Carrasco Vázquez, del 3º Ligero, que está de Vigilancia a la altura del cine Imperial, (c/ Sierpes) ayudado por tres parejas de Seguridad, les cogen la bandera y es felicitado el Cabo que desde aquel éxito toma parte en dos disoluciones más, una en la bajada del puente de San Bernardo cuando iba de relevo a la Fábrica de Artillería con cuatro Artilleros con armas, la disuelve y se apodera de un enorme banderón que traía la inscripción de "Viva España soviética". Nueva felicitación y a por otra bandera, y ésta la intenta coger en un mitin en el Monumental Cinema, allí sólo tiene un policía secreta que le ayuda y los dos salen descalabrados. El Cabo Carrasco llega al cuartel con tafetanes y vendas por todos lados; su espíritu no decae y sigue interviniendo en más casos; en sus guardias cachea a todo sospechoso y está loco por encontrar a uno que le dio un silletazo en el Monumental".
A propósito de la Guardia de la Fundición, añado unos recuerdos de José Fernández, tantas veces nombrado en este blog, de los tiempos, tristes tiempos de los años 31 y siguientes, cuando la República.
ResponderEliminar"En los primeros días de junio,1931, otra manifestación parecida es disuelta por el Cabo Carrasco Vázquez, del 3º Ligero, que está de Vigilancia a la altura del cine Imperial, (c/ Sierpes) ayudado por tres parejas de Seguridad, les cogen la bandera y es felicitado el Cabo que desde aquel éxito toma parte en dos disoluciones más, una en la bajada del puente de San Bernardo cuando iba de relevo a la Fábrica de Artillería con cuatro Artilleros con armas, la disuelve y se apodera de un enorme banderón que traía la inscripción de "Viva España soviética". Nueva felicitación y a por otra bandera, y ésta la intenta coger en un mitin en el Monumental Cinema, allí sólo tiene un policía secreta que le ayuda y los dos salen descalabrados. El Cabo Carrasco llega al cuartel con tafetanes y vendas por todos lados; su espíritu no decae y sigue interviniendo en más casos; en sus guardias cachea a todo sospechoso y está loco por encontrar a uno que le dio un silletazo en el Monumental".