Un saludo a Julieta Acero, y mi respeto a un veterado de Sidi-ifni, que por la dedicación de Julieta, seguramente fué Paracaidista, lugar donde realizarón el bautismo de fuego. Unidad que con gran honor y sacrificio, intervino en tan olvidada campaña.
Sin ser paracaidistas, por el combate de Edchera, el 13 de enero de 1958, se concedieron las dos últimas Cruces Laureadas de San Fernando por su heroísmo llevado al extremo, al Brigada legionario don Francisco Fadrique Castromonte y al Caballerio legionario don Juan Maderal Oleaga quién no quiso dejar sólo a su Brigada. Ambos fueron muertos en dicho combate.
Se dió la penosa y vergonzosa circunstancia (¿de quién podía venir tal atentado contra la memoria de un héroe, sino de los batasunos?) de que habiéndole erigido a este último una estatua sus vecinos en su pueblo natal, cercano a Bilbao, fue en una madrugada derribada y arrojada a la ría del Nervión.
¡ Qué pena, España, a dónde han llegado tus hijos !
Pertenecían entonces a la XIII Bandera, 3ª Compañía, que mandaba el Comandante don Ángel Rivas Nadal, que años más tarde fue Capitán General de Sevilla.
Un saludo a Julieta Acero, y mi respeto a un veterado de Sidi-ifni, que por la dedicación de Julieta, seguramente fué Paracaidista, lugar donde realizarón el bautismo de fuego. Unidad que con gran honor y sacrificio, intervino en tan olvidada campaña.
ResponderEliminarDESPERTA FERRO.
Un saludo.
Sin ser paracaidistas, por el combate de Edchera, el 13 de enero de 1958, se concedieron las dos últimas Cruces Laureadas de San Fernando por su heroísmo llevado al extremo, al Brigada legionario don Francisco Fadrique Castromonte y al Caballerio legionario don Juan Maderal Oleaga quién no quiso dejar sólo a su Brigada. Ambos fueron muertos en dicho combate.
ResponderEliminarSe dió la penosa y vergonzosa circunstancia (¿de quién podía venir tal atentado contra la memoria de un héroe, sino de los batasunos?) de que habiéndole erigido a este último una estatua sus vecinos en su pueblo natal, cercano a Bilbao, fue en una madrugada derribada y arrojada a la ría del Nervión.
¡ Qué pena, España, a dónde han llegado tus hijos !
Pertenecían entonces a la XIII Bandera, 3ª Compañía, que mandaba el Comandante don Ángel Rivas Nadal, que años más tarde fue Capitán General de Sevilla.
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