Anoche a muy altas horas, cuando en un intento desesperado, uno intenta vencer al sueño, pero no lo consigue, ni a base de los malditos medicamentos, y se entrega voluntariamente como prisionero a ese enemigo llamado vigilia, que todas las noches me visita, aunque yo no lo reclame, cuando el silencio te rodea, cuando es la pequeña luz de una lamparilla la que te ilumina, mientras el resto a tu alrededor es pura oscuridad, solo te queda una cosa, y es pensar, pensar, y pensar.
Por curiosidad entré en mi correo, y me encuentro con dos interesantes sorpresas. Después de leerlas, ya si que no me importaba seguir despierto, es más sabía que aunque lo intentara, no conseguiría dormir hasta recordar mil y una anécdota.
Hoy cuento uno de los correos, y mañana también tengo otro especial para comentarlo. Curiosamente los dos se llaman Manuel.
Transcribo el correo recibido:
Buenas noches Antonio:
Me voy a dirigir a ti (te voy a tutear ya, aunque me suena raro), como mi Sargento Lozano que es la imagen, y el recuerdo que guardo, del año 80.
Soy Manuel Bori Fabra, estuve en el RACA 14, 5ª Batería en al año 79/80, hace ya 30 años.
Encontré esta página por casualidad, dando vueltas por internet. Desde que salí en Junio del 80, no he vuelto a tener relación con nadie de la Unidad.
Me vinieron recuerdos y sentimientos contradictorios.
Te adjunto unas fotos, para ver si reconoces a alguien, bueno y a mí. (cómo me imagino, no me recordarás... soy el de bigote.)
Recuerdo las patrullas por Pineda, cuando jugábamos a fútbol, pero siempre recordaré el accidente que tuvimos en el Land Rover, cuando volcamos, y te hiciste “daño” en la rodilla (te mando la foto del vehículo).
Espero y deseo, que ésta no sea la última vez que nos mantengamos en contacto, también te agregué en mi correo electrónico.
Un saludo. Manolo Bori Fabra
- “Manolo, cuando abrí el archivo y vi tu nombre de remitente, ya supe de quien se trataba. ¡Cómo se puede uno olvidar, de quien compartió mi primer años de sargento. ¡Tu si que puedes decir que fui tu sargento de verdad, de esos que cuando llegan a la Unidad, hay que tener paciencia con ellos, pues parecen que se van a comer el mundo, y carecen de mano izquierda, queriéndolo hacer todo según las ordenanzas, cuando con el tiempo se aprende, que son muchas las ocasiones, en que se debe ceder un poco, a lo estrictamente escrito. ¡Tu ya me entiendes!
Me acuerdo perfectamente de ti, por mucho que como he dicho varias veces la memoria me juega malas pasadas. Por eso me gusta recordar, lo bueno y lo malo, lo bueno para recrearme, para saborearlo como se paladea un buen café, y lo malo para reconocer muchos de los errores que se cometen cuando uno es joven y no tan joven.
Es cierto que aquel año (1979-1980) fui intenso, conocí a mis primeros mandos, a mis primeros compañeros, a mis primeros queridos e inolvidables artilleros.
¡Cómo no voy a recordar las Patrullas de Pinedas, aquellas interminables noches dando vueltas con un Land Rover velando por la seguridad y el sueño de los oficiales, suboficiales y sus familias, que en aquella barriada vivían!.
Aquellos partidos de fútbol a la hora de gimnasia, y el aparatoso accidente de tráfico en la Guardia Especial en los depósitos de aguas de Olivares, aquel 27 de febrero del 80, la víspera de las votaciones por la Autonomía Andaluza.
También te acordarás de tu capitán Palomar Millán, del Teniente Landín Fraga, del Comandante Barón Rojas-Marcos, del sargento López González, o Caballero Cazorla, que se ve mandando fuego (de espaldas), en una de las fotos que me envías.
Pues sí, amigo Manolo Bori, claro que me acuerdo de ti. Y como bien dices no desaprovecharé la ocasión que me brindas, para seguir en contacto.
Se perfectamente los sentimientos y recuerdos contradictorios a los que te refieres, porque con ellos vivo cada día.
He aprendido con los años, a no esperar de los demás disculpa alguna, si alguna vez se equivocaron o erraron conmigo, sin embargo también he aprendido a pedir perdón, sobre todo a mi tropa de entonces, aun desconociendo si en algún momento no actué correctamente.
Solo me queda decirte, que me alegra después de treinta largos años, volver a encontrarte, y haber compartido contigo, tu servicio a España desde el legendario RACA 14 sevillano”.
La fotografía del Land Rover accidentado, la dejo para otra entrada, dedicada solo, a aquel nefasto pero a la vez milagroso día. Me imagino que lo tendrás muy grabado en tu memoria, al igual que yo. Y cuando he visto el vehículo han acudido a mi, una cantidad de recuerdos, que prefiero expresarlos en otro texto.
Un abrazo de tu antiguo sargento y amigo: Antonio Lozano Herrera.
Que años aquellos,me acuerdo de todos los que componen esas fotografías y mira que han pasado años,les veo la cara y los recuerdo como eran por eso si alguna vez me los encontrara por la calle,seguro que no los reconocería,como cambiamos las personas.
ResponderEliminarSoy anaya el de las gafas me acuerdo de todos
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