
En el año 1884 se incorpora al vestuario oficial del Ejército una prenda que habrá de conocer una prolongada existencia: nos referimos a la guerrera. El año anterior, se había adoptado la gorra teresiana con una bomba en la parte delantera.
Poco después, se admite para los días de gala "la levita" (prenda ceñida de faldones largos de color azul oscuro), pantalón largo, ros, guantes blancos y sable.
(Foto de una "levita" de aquella época)