

Recuerdo aquellas inmensas placas de mármol en el túnel de entrada del 14. En ellas se podían leer el empleo, nombre, y fecha de fallecimiento en acto de servicio, de cuantos integrantes de nuestro Regimiento, perdieron la vida en aquella guerra. ¡Cuántas noches de guardias he leído uno a uno esas inscripciones, talladas con precisión.
Había cosas que me llamaban la atención, pero eran nimias, como por ejemplo que los allí recordados, ostentaban el “Don”, desde el empleo de comandante hasta el de ajustador, que tenía consideración de suboficial. A continuación, a los cabos, artilleros 1º, y artilleros 2º, se les negaba dicho tratamiento.
También observé, que los fallecidos iban relacionados por empleos militares, comenzando por el de comandante y dentro de cada empleo el orden era por fecha de sus heroicas muertes, pero esta forma de proceder, duraba hasta el último suboficial. A partir de entonces, aparecían los cabos y demás artilleros, pero curiosamente estos no se ajustaban a un orden cronológico de fallecimiento, sino a un orden alfabético, es decir, primero los que su nombre empezaban por “A”, aunque muriese en el 39, después los que empezaban por "B", aunque muriese en el 36, y así sucesivamente, sin molestarse en ordenarlos por las fechas, en que según se afirmaba ofrecieron sus vidas por la Patria, como si habían hecho con los oficiales y suboficiales.
Muchos estarán pensando, ¡este Lozano es un polemista! ¡No! ¡Este Lozano es una persona, que se ha vuelto un pelín suspicaz!.
Es más, ahora que me he leído y releído todas las vicisitudes de aquellas batallas y gestas realizadas por las unidades de nuestro Regimiento, me imagino que como igual que en todos, a la hora de la concesión de importantes condecoraciones, el criterio es muy extraño.
Me explico: En el apartado “Muertes en Campaña y Medallas Militares”, aparece aquellos que fueron premiados con la “Medalla Militar” y la orden de concesión de la misma, y empezando por el Capitán D. Vicente Pérez de Sevilla y Ayala (13-10-36), Teniente D. Ramón Valle Colmenares (05-04-37), Alférez de Complemento D. Manuel Lizaur y Pablo (04-05-37), Capitán D. Luis Alarcón de la Lastra (25-05-37), Comandante D. Ricardo Arjona Brieva (17-12-38), Capitán D. Joaquín Cárdenas Llavanera (14-08-39), Capitán D. Fernando Barón y Mora Figueroa (30-03-41), y Alférez D. Luis Finat Escriva de Romani, reiterando mi admiración por los mencionados, y su heroico proceder para tan digna condecoración, tengo que preguntar a quien me pueda contestar, y ojalá alguien me saque de la duda ¿Por qué no aparece ningún suboficial ni tropa entre los merecedores a tan noble distinción? De todos aquellos que componen la larga lista de suboficiales y tropa fallecida, ¿ninguno hizo méritos para obtener igual importante galardón, como el recibido por los oficiales mencionados?
Mi pregunta es, simplemente para rendirle el homenaje que se merece, si hubo algún Brigada, Sargento, Cabo o Soldado condecorado con la Medalla Militar individual. Teniendo en cuenta que los oficiales fallecidos fueron veinte, y los suboficiales y tropa superaban la cifra de 140 ¿Cuántas Medallas Militares individuales, recibieron estos últimos?
Según lo leído esta Medalla es concedida a todos los integrantes del Ejército, desde soldado a general, y sirve de recompensa ejemplar e inmediata de los hechos y servicios muy notorios y distinguidos, realizados frente al enemigo. ¡Solo fueron valientes los oficiales!
Sé que habrá quien me asegurará, que obtuvieron varias Medallas Colectivas, y que en ellas van incluidos dichos suboficiales y artilleros, como también una Laureada Colectiva.
A esos le diré, que en mi Hoja de Servicios, aparece la “Medalla de Oro de Andalucía”, y la “Medalla de Oro de la Ciudad de Córdoba”, ¡qué bien suena verdad! ¡pero ambas colectivas!, y tan nobles, dignos, ilustres, y honorables títulos, no me abren las puertas del despacho del Presidente Andaluz, ni del Alcalde de Córdoba, es más, no se sirven ni para que se me permita tomarme el dichoso cafelito en el Casino Militar.
Que nadie busque en mi texto raras interpretaciones, ni fantasmas donde no los hay, solo la admiración y el respeto hacia aquellos que fueron condecorados por su heroico valor, y el deseo de este viejo y olvidado suboficial, por intentar homenajear a aquellos postergados artilleros, que también vivieron con honor y murieron con valor.
Antonio Lozano Herrera
Subteniente de Artillería
El honor, mi Señor,... el honor,... ¿Donde ha quedado el honor?
ResponderEliminarExpresiones desencantadas varias.
Tu lo has dicho mi capitán, ¿donde quedó el honor? Aun recuerdo cuando después de un incidentes con mis mandos, recien llegado al RACA 14, juré por mi honor que lo que decía era cierto. Al momento se oyó la voz de un capitán, ordenándome callar, alegando que los suboficiales no podiamos jurar por nuestro honor, ya que no lo teniamos reconocido. Solo los oficiales eran poseedores de dicha virtud. ¡Que tiempos!
ResponderEliminarExpresiones desencantadas varias.
En mi opinión las recompensas están para reconocer las actuaciones de los merecedores de ella, y tanto se desvirtua por no darlas, (grupo selecto) como por darlas a capricho, (todo el mundo).
ResponderEliminarEl que las tenga, que las porte como se dice en los mensajes anteriores, cono honor y añado dignidad, que este al menos es valor reconocido para todas las personas, en la Constitución de 1978.
Un saludo.
Para el "Abuelo":
ResponderEliminar"La virtud de las distinciones consiste no tanto en alcanzarlas como en arribar a merecerlas". Conde de Gazola, fundador y primer Director del Real Colegio de Artillería, Segovia. 1764, en tiempos de Carlos III.
En "El Sargento de hierro", película dirigida y protagonizada por Clint Estwood, éste, condecorado con la Medalla de Honor del Congreso - no tiene Juicio Contradictorio como para la concesión de nuestra Cruz Laureada de San Fernando -, por sus hechos de armas en la guerra de Corea, lo dice de una manera más basta:
" Ganar la medalla es más importante que lucirla "
Antes no salieron estas frases pero ahora van incluidas en estos comentarios.
Cte. Fernando Barón
Mi comandante, bella frase la del Director del Real Colegio de Artillería, el Conde de Gazola.
ResponderEliminarEl ejemplo del Sargento de Hierro, con todos mi respeto, no es válido ni comparable con lo que ocurre en nuetro Ejército. Como usted sabe hasta hace unos años, las medallas al mérito militar, eran de priemera, segunda, tercera y cuarta clase, segun el empleo del condecorado, sin tener en cuenta los méritos contraidos para alcanzar dicho galardón.
Por supuesto que ganar la medalla, es más importante que lucirla, pero si esta no se otorga, es imposible lucirla. "La pescailla que se muerde la cola".
Un abrazo de su antiguo sargento.
No me atrevo a discutir con profesionales,... pero siempre recuerdo aquella frase,... "...y no esperará más recompensa que la satisfacción del deber cumplido",... yo creo que en combate, se realizan acciones sin pensar en las recompensas, sino simplemente, porque hay que hacerlas,... la diferencia entre un buen soldado y un héroe son diez minutos más de valor.
ResponderEliminarExpresiones de respeto varias.
Te otorgo tu parte de razón Capitán Escarlata y por supuesto que debes atreverte a discutir con "profesionales". Lo más importante, es la satisfacción del deber cumplido, y dormir con la conciencia tranquila. Pero mientras exista la injusticia esta siempre recaerá sobre los de abajo.
ResponderEliminarUnos siempre pondrán el pecho para recibir el impacto de las balas del enemigo, otros en cambio solo sacarán pecho para que le cuelguen otra Medalla más.
Expresiones dolorosas varias
Azor 2-6-1 Enterado.
ResponderEliminarExpresiones comprensivas varias.